Origen del atletismo: ¿Dónde surgieron los primeros atletas?

Considerado el deporte organizado más antiguo del mundo, el atletismo no ha pasado desapercibido desde su origen hasta la actualidad. Carreras, saltos, lanzamientos… pero, ¿cuál es considerado el origen del atletismo y dónde tuvo lugar?

En primer lugar habría que aclarar que el término atletismo proviene de la palabra griega “atletes” o persona que compite en una prueba para conseguir un premio. ¿Ya te vas haciendo una idea del lugar en el que se originó el atletismo?

Origen del atletismo en el mundo

Cuando hablamos de atletismo hay que dejar claro que existen diferentes modalidades que incluyen carreras a pie, saltos de longitud y altura, lanzamientos, marcha atlética, decatlón o pruebas combinadas.

Hay que remontarse al año 776 a.C. para hablar de los inicios del atletismo de competición. Ya por aquel entonces, en los Juegos Olímpicos griegos comenzó a hablarse de atletismo como práctica deportiva de desarrollo físico. De hecho, el término empleado era “pentatlón”, actividad que incluía lanzamiento de disco y jabalina, carreras de campo, salto de longitud y lucha libre.

Si hablamos de atletismo fuera de competición oficial también tendríamos que remontarnos a la Antigua Grecia para encontrar a los primeros atletas. Concretamente, a las carreras que se realizaban cuando tenía lugar el funeral de un muerto ilustre. Este es, para muchos, el origen del atletismo en el mundo que dio lugar, posteriormente, a los juegos deportivos y a lo que hoy en día conocemos como Juegos Olímpicos.

Sin embargo, si atendemos a las primeras referencias de carreras en la historia, tendríamos que trasladarnos a las pinturas rupestres del Paleolítico que ya mostraban rivalidad entre corredores. En relación a los escritos que hablen de carreras a pie encontraríamos los primeros hallazgos en el siglo XV en Egipto. En este texto se menciona la carrera a pie que tuvo lugar en la tumba de Amenhotep II.

Respecto al tipo de persona que se entregaba al mundo del atletismo hay que aclarar que no podía ser cualquiera, al menos si hablamos de competición. Cualquier atleta debía cumplir lo que se conoce bajo el nombre de Decálogo Olímpico de la Antigüedad y que sigue a continuación:

  1. Ser griego y libre.
  2. No estar perseguido por la justicia.
  3. No haber transgredido la tregua sagrada.
  4. Haber entrenado durante al menos diez meses.
  5. Haberse inscrito un mes antes del comienzo de las pruebas.
  6. Competir desnudo y ser puntual.
  7. No intimidar, sobornar ni matar al rival.
  8. Respetar siempre las decisiones de los jueces.
  9. Será vencedor el que derrote a sus rivales.
  10. Se prohíbe a las mujeres entrar en el recinto olímpico.

¿Y por qué competían los griegos o por qué se animaban a sumarse a las carreras competitivas?

Pues, básicamente, por las ventajas económicas que obtenían los ganadores: vasos de oro, objetos de bronce, caballos, dinero, mujeres esclavas, etc.

Además, el que resultara ganador de la famosa “carrera del estadio o stadiom” daría nombre a los juegos y obtendría una estatua en la ciudad. Concretamente, en la ciudad de Atenas, el ganador recibiría una corona de laurel a ojos del público, pero ya fuera de la competición el premio era mucho mayor: una manutención de por vida, exención del pago de impuestos obligatorios e incluso asiento en el teatro totalmente gratis.

El hecho de que los premios para el ganador fueran tan desmesurados llevaba a muchos atletas a intentar hacer trampas para resultar ganadores. Si se les pillaba no pasarían inadvertidos porque los castigos iban desde multas económicas hasta castigos corporales y humillación pública.

información tomada de: https://www.sport.es/labolsadelcorredor/origen-del-atletismo-donde-surgieron-los-primeros-atletas/

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